miércoles, 27 de febrero de 2013

LITURGIA SANA DE DOMINGO



LITURGIA SANA DE DOMINGO
Mario A. Alonso

El serrucho ha dejado de serlo para convertirse en un pez de carne compacta y acerada, con afilados dientes que amagan clavarse en la naranja que llevo por corazón.
Más no me amilano y extraigo de entre ceja y ceja un reluciente pétalo de narciso que va a hundirse en su único ojo ciego.
Sangra chorreando colores brillantes en el penúltimo estribo de la estantería.
Ahora se retuerce y el ruido desafinado de su larga espina lastima la nariz que a gotas llora la escasez de colores.
Es el final, moribundo se arrastra, la oreja rota y el óxido no hacen juego con la alegría.

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