lunes, 4 de marzo de 2013

CANIBALES



CANIBALES
Mario A. Alonso

Después de caminar juntos, de luchar y entregarse el uno por el otro en la eterna pelea con los enemigos mutuos, ellos empezaron poco a poco a devorarse, a arrancarse la carne a dentelladas.
Fue la cruel expresión, la más bestial, de un canibalismo, estimulado solo por la ambición y la codicia individual con miras a conquistar algún sitio en el poder que les permitiese prolongar su estéril carrera.
Algunos de los otros, los que los rodeaban imitaron la sangría, ellos también estaban cómodos devorándose.
Yo preferí rechazarlos y transitar otra senda, mi estómago no resistió la cruenta imagen.
Al final todos morimos.