sábado, 28 de enero de 2012

Peligros de la explotación minera a cielo abierto


Peligros de la explotación minera a cielo abierto

Diversas investigaciones afirman que durante la fase de explotación, los principales impactos ambientales causados por la minería a cielo abierto son:

* Modifica la superficie terrestre del área de explotación: devasta la estructura del suelo produciendo cambios severos en la morfología del terreno.
* Eliminación del suelo y resecamiento en la zona circundante.
* Disminuye el rendimiento agrícola y agropecuario.
* El impacto sobre la flora es de gran magnitud, implica la eliminación de la vegetación y los bosques en el área de operaciones.
* Destrucción y modificación de la flora en el área circunvecina.
* Provoca presión sobre los bosques existentes en áreas vecinas que pueden llegar a destruirse por los impactos de la explotación.
* El entorno queda afectado porque se transforma radicalmente, pierde su atracción escénica o paisajística, sumada la contaminación sonora por el ruido producido por las distintas operaciones: trituración y molienda, generación de energía, transporte, carga y descarga de materiales, etcétera.
 * La contaminación del aire por impurezas sólidas: polvos y combustibles tóxicos en suspensión, vapores y emanaciones gaseosas de cianuro, óxidos de nitrógeno y dióxido de azufre, capaces de penetrar en los pulmones humanos y animales.
* Contaminación de las aguas superficiales: por los residuos sólidos finos que pueden elevar la capa de sedimentos de los ríos y arroyos de la zona.
* Contaminación de las aguas subterráneas o freáticas, con aceite usado, con reactivos, con sales minerales, provenientes de las pilas o botaderos de productos sólidos residuales de los procesos de tratamiento, así como el agua de lluvia que cae sobre ellos.
* Las fuentes de empleo que genera la minería son reducidas, de corta duración y altamente peligrosas, los puestos laborales son una "quimera" de dudosa realidad, sin viso de continuidad y que puede resultar nefasta y de negativo impacto en el mercado laboral, la Organización Internacional del Trabajo informa que aunque la minería contribuye con solamente el 1 % de la fuerza de trabajo mundial la misma es responsable del 5 % de los accidentes fatales del trabajo, con alrededor de 15.000 trabajadores muertos por año y alrededor de 40 por día en todo el mundo 2; pese a dicha información del organismo internacional, el Convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) Nº 176 "Convención sobre Seguridad y Salud en Minas" adoptada el 22 de junio de 1995 y que cobró vigencia a partir de 1998, aún no fue ratificado por la República Argentina.

Son de conocimiento público y notorio las graves catástrofes ambientales producidas por el uso de la tecnología minera a cielo abierto y por lixivización de cianuro, destacándose entre otros los siguientes desastres ambientales:

1) Mina de oro de Summitville, Colorado, EEUU, en la cual el derrame de cianuro acabó con toda la vida acuática a lo largo de 27 kilómetros del Río Alamosa, la mina fue clausurada en diciembre de 1992 y el US Geologycal Survey estimó que los costos de limpieza superarían los 150 millones de dólares estadounidenses.

2) Mina de oro Brewer, Carolina del Sur, EEUU: 11.000 peces murieron a lo largo de 80 kilómetros del Río Lynches por un derrame de cianuro en 1992,

3) Mina Harmony, Sud Africa, operada por Rangold: estalló un dique de contención en desuso y enterró un complejo habitacional con cianuro, febrero de 1994;

4) Mina de oro Omai, Guyana: más de 3.200 millones de litros cargados con cianuro se liberaron en el Río Essequibo cuando colapsó un dique, en 1995. La organización Panamericana de la Salud comprobó la desaparición de toda la vida acuática a lo largo de cuatro kilómetros.

5) Mina de oro Gold Querry, Nevada, EEUU: Se derramaron un millón de litros de desechos de cianuro en 1997;

6) Mina de zinc Los Frailes, España: La ruptura de un dique de contención originó el derrame de ácido generando grave mortandad de peces, abril 1998;

7) Mina Homestake, Whitewood Creek, Back Hills, Dakota del Sur, EEUU: 7 toneladas de desechos cianurados se derramaron causando importante mortandad de peces, 29 de mayo de 1998;

8) Transporte de cianuro a la mina Kumtor, Kyrgysztan: El camión que transportaba el cianuro volcó en un puente derramando sobre la superficie del agua 1762 kilos de cianuro muriendo al menos 4 pobladores y cientos de personas debieron ser asistida en los hospitales, 20 de mayo de 1998;

9) Mina de oro Tulukuma, Papúa Nueva Guinea: Un helicóptero de la compañía pierde en vuelo una tonelada de cianuro cayendo en los bosques a 85 kilómetros de la Capital Port Moreby. Las obras de recupero y descontaminación no impidieron la afectación de los cursos de agua. Marzo de 2000 (CNN Italia, 14 julio 2000);

10) Minera Santa Rosa, El Corozal, Panamá: Un derrame de cianuro ocasiona gran mortandad de peces y pone en peligro la vida de muchos panameños. 6 de junio de 1998 (Diarios El Siglo -junio 1998- y El Panamá América -20 enero 1999 pág. C6- Panamá);

11) Mina Comsur, Bolivia: Contaminó con arsénico y otros metales pesados el Río Pilcomayo. Murieron dos niños por ingesta de pescado contaminado y se revelaron valores elevados de metales pesados en pobladores indígenas de las riberas del Río Pilcomayo en la Provincia de Formosa (Argentina);

12) Mina de oro Aurul Bahía Mare, Rumania, el 30 de enero del 2000, dónde el derrame de cianuro alcanzó los ríos Lapus, Somes, Tisza y Danubio, extendiéndose el daño a Yugoslavia y Hungría y afectando el suministro de agua potable de 2,5 millones de personas y a las actividades económicas de más de un millón y medio que vivían del turismo, la agricultura y la pesca a lo largo del Río Tisza del cual se recogieron más de 10 toneladas de peces muertos para evitar que los coman las aves y perezcan envenenadas (FUNAM -Córdoba-, El País y El Mundo 23.02.2000 -España-, La Voz del Interior -Córdoba-, febrero 2000);

13) Provincia de Chubut: daños ambientales y a la salud verificados en la Mina Ángela, cercana al Paraje Los Manantiales, próximo a Gan Gan y Gastre, dónde según denuncias de los pobladores quedaron enterradas 28 toneladas de cianuro y 1.500.000 toneladas de residuos tóxicos con mortandad de peces y cambios de color en el suelo, y que son objeto de investigación por la Justicia Federal de Rawson (Diario "Clarín", ediciones del: 5 de abril del 2001 -Pág. 42-, 11 de abril de 2001 -pág. 24- y 25 de julio de 2001); Luego de la catástrofe ambiental producida en 1993 en la mina de oro de Summitville, en el Estado de Colorado, Estados Unidos de Norteamérica, se concluyo que la tecnología de explotación de oro a cielo abierto y la técnica de empleo de cianuro de sodio en minería no es segura.

Con la conclusión de los estudios de los especialistas del Colorado Geological Survey y el US Geological Survey, resulta aplicable a la tecnología minera de explotación a cielo abierto con empleo de sustancias tóxicas el Principio de Precaución el cual establece "...que cuando haya peligro de un daño grave e irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces para impedir la degradación del medio ambiente, lo que implica una inversión en el proceso de carga de la prueba en cuanto la falta de demostración científica absoluta no implica ya una orientación permisiva de las actividades potencialmente lesivas para el medio ambiente. Esto es, como dicen los anglosajones, ante la falta de certeza científica, vale más equivocarse del lado de la seguridad.”


Francisco Garcés

martes, 24 de enero de 2012

EN SUEÑOS

EN SUEÑOS
Mario A. Alonso

Cada noche cerraba los ojos y así acortaba todas las distancias.
Llegaba hasta su casa, la de ella, y como un aliento se escurría por la ventana del cuarto sin que nadie lo advirtiera.
Ella soñaba que él llegaba y en sueños sonreía.
El deslizaba su cuerpo impalpable entre los pliegues de las telas hasta sentir la misma calidez de aquella piel que antes conociera.
A salvo del mundo tangible resbalaba en los toboganes de cada curva del cuerpo deseado.
La abrazaba discretamente y así, enredado en aquel cuerpo, como cada noche dormía mezclado en los perfumes de la piel morena.
Cuando desde el este los primeros rayos de sol corrían el perforado manto de la noche, antes de que la luz violara aquel espacio, despertaba, y su imagen, la de ella, volvía a llenarle el alma.

sábado, 21 de enero de 2012

LLUVIA DE VERANO


LLUVIA DE VERANO
Mario A. Alonso
Relámpagos por Martín Andrés Tranier
Tomada durante una tormenta de verano en General Villegas.

Llora la tarde y la tierra se deleita.
La tarde o la luna, o ambas lloran.
O es el sol, que rojo de vergüenza se oculto hace rato, quien solloza.
Insólitamente sobrevuelan pájaros la noche.
Se deleitan con esa pena que les consuela la sed.
Allende los nimbos unas estrellas.
¿Son estrellas las que se anuncian tropezando entre negros nubarrones?
¿O se ha partido el sol en mil millones?
La tarde es noche y sigue el sollozo.
En algún lugar del cielo alguien ha comenzado una función de luces y explosiones.

EL SAPITO QUE QUERIA SER COCODRILO Cuento del Subcomandante Insurgente Marcos



EL SAPITO QUE QUERIA SER COCODRILO
Cuento del Subcomandante Insurgente Marcos

"Había una vez un sapito que no estaba conforme con su ser sapito y que quería ser cocodrilo. Entonces fue al pantano a buscar al cocodrilo y le dijo: "Yo quiero ser cocodrilo". El cocodrilo le contestó: "No puedes ser cocodrilo porque de por sí eres un sapito". "Sí -dijo el sapito-, pero yo quiero ser cocodrilo. ¿Qué necesito hacer para ser cocodrilo?" El cocodrilo le dijo "No hay que hacer nada, uno nace cocodrilo y así es de por sí, un cocodrilo es un cocodrilo". El sapito le dijo: "Pero yo no quiero ser sapito, yo quiero ser cocodrilo. ¿Usted sabe en dónde o con quién me puedo inconformar por ser sapito y que me dejen ser cocodrilo?" "No sé, tal vez el búho sepa", respondió el cocodrilo. Y entonces el sapito fue a buscar al búho en el bosque. Ahí se encontró con otro sapito y le preguntó por el búho. "Ese sólo trabaja de noche -le respondió el otro sapito-, pero ten cuidado cuando hables con él porque el búho come sapitos". Entonces el sapito esperó a que llegara la noche y mientras esperaba se hizo una su fortificación para protegerse de los ataques del búho. Puso una piedra encima de otra y así hasta que se hizo una pequeña cuevita y ahí se metió. Cuando llegó la noche también llegó el búho, y el sapito, desde dentro de su cueva le preguntó: "Señor búho, ¿usted sabe con quién o dónde me puedo inconformar por ser sapito y exigir que me dejen ser cocodrilo que es lo que yo quiero ser?". "¿Quién me habla y de dónde?", preguntó a su vez el búho. "Yo soy y aquí estoy", respondió el sapito, y el búho se abalanzó para cogerlo con sus garras, pero como el sapito estaba dentro de la cueva, el búho sólo agarró una piedra y se la comió pensando que era un sapito lo que comía. Entonces el peso de la piedra hizo que el búho se cayera al suelo y que mucho le doliera la barriga. "Ay, ay -decía el búho-, ayúdame a sacarme esta piedra de la panza porque si no no puedo volar". El sapito le dijo que le ayudaría sólo si le respondía su pregunta. "Ayúdame primero y luego te respondo", le dijo el búho. "Naranjas -dijo el sapito-, primero dime, porque si te ayudo a sacar la piedra primero entonces me vas a comer y ya no me vas a responder".

"Bueno -dijo el búho-, te voy a responder: con el que tienes que inconformarte es con el león, él es el rey y sabe por qué cada quién es cada cual. Ahora ayúdame a sacar la piedra". "Never de limón la never -respondió el sapito-, porque si te saco la piedra te vas a seguir comiendo sapitos". "Ahí está -dijo el búho-, de balde te quieres inconformar, todavía te preocupas de los sapitos y tú ni siquiera quieres ser sapito". Pero el sapito no le hizo caso y se fue a buscar al león.

El león vivía en una cueva y el sapito pensó que no fuera a ser que el león comiera sapitos y tuvo una idea. Se mojó en un charquito y se revolcó en la tierra y así quedó disfrazado de piedrita. Cuando el león salió de su cueva, el sapito le dijo "Señor Rey León, vengo a inconformarme porque soy un sapito y yo quiero ser un cocodrilo". "¿Quién me habla?", preguntó el León. Y el sapito le respondió "Yo soy". "Pero tú eres una piedrita, ¿qué es toda esa historia de sapitos y cocodrilos?", le dijo el León. "Pues vengo a inconformarme porque uno no es lo que quiere ser sino lo que de por sí es", dijo el sapito. "Así es de por sí -dijo el León-, uno es lo que es y no puede ser otra cosa. Lo único que se puede ser es ser bien lo que uno es", dijo el León bostezando filosóficamente. En eso empezó a llover y el lodo que cubría al sapito se lavó y se vio claro que era un sapito y no una piedrita. El sapito no sabía si los leones comen sapitos y mejor se fue saltando de regreso a su charca.

Muy triste iba el sapito, brinca brincando, porque uno es lo que es y no puede ser otra cosa y porque lo único que puede ser es ser bien lo que uno es. Tristeando en eso que pensaba, llegó el sapito a su charca y rápido fue a buscar al cocodrilo. Cuando llegó al pantano no encontró al cocodrilo. Lo buscó por todos lados y no lo encontró. Le preguntó a los otros animales y éstos le respondieron "¿No sabías? Al cocodrilo lo encontró un cazador y ahora es un par de zapatos y una bolsa de piel de cocodrilo..." El sapito quedó pensando y, cuando todos pensaban que iba a decir que qué bueno que no era cocodrilo y qué bueno que era sapito, exclamó: "¡Eso es trascender el ser animal y no fregaderas!". Y se puso a estudiar y a practicar para ser un buen cocodrilo. Parece que lo hizo bastante bien y logró engañar a un cazador.
Dicen que el sapito es ahora un monedero carísimo. "Es de piel de un cocodrilo muy especial", dice la señorona que lo compró.
Moraleja: Del tamaño del sapo es la pedrada. Tan-tan."

La Mariya se aburrió y se fue cuando el sapito apenas iba a ver al búho. 
La Mar se ha quedado (no le queda otro remedio) hasta el final del cuento.
-Ya cálmate Esopo-, se burla.
Soy un incomprendido, no cabe duda.

viernes, 20 de enero de 2012

SOMETIDOS

SOMETIDOS
Mario A. Alonso

En el mundo, en los países en vías de desarrollo, hay más de ciento cincuenta millones de niños desnutridos menores de cinco años.
En 2007 murieron más de nueve millones de esos niños antes de cumplir esa edad.

Son tres o cuatro, vagan apiñados con sus perros y unas moscas que eligieron como territorio sus labios marchitos.
Negros como sus ancestros, prisioneros de los mismos males. Condenados al abuso.
Las cabezas, brazos y ojos no armonizan con los vientres hinchados de hambre; no parecen pertenecer a aquellos cuerpos.
Demasiado pequeños los unos, demasiado flacos o largos o abultados los otros.
Ojos flacos de tristeza, brazos descarnados de hambre.
Pagan  la culpa de haber nacido en el continente donde brotó el primer hombre, que en realidad entiendo fue una mujer.
En África la mirada de los niños se parecen a la de los perros flacos que los acompañan.
Los niños tienen por costumbre mirar directo a los ojos, sin ambages. Miran y extienden las manos a modo de solicitud.
En otras calles, otros iguales, iguales de flacos e igualmente morenos hunden las  cabezas en la basura de las casas y las fondas.
Los perros y las moscas les compiten por un poco de nuestras sobras.
El esqueleto cubierto por retazos marchitos de piel morena, los ojos vencidos, los labios resecos y los insectos fastidiosos que vagan por las bocas impávidas, siempre abiertas.
Demasiado pequeños, todos unidos por las cadenas de la opresión.
El impulso de mirarse en aquellos ojos de azabache es inevitable.
Todos comparten el color, no he visto blancos hambrientos en África, allá los hijos de la tierra reclaman indulgencia a los blancos desde que los sojuzgaron.
Los negros africanos padecen los mismos males que los nativos americanos o los indios asiáticos y comparten el mismo amo.
El método de sometimiento se aplicó en inglés. francés o castellano, borrando la cosmovisión y la cultura, imponiendo una nueva lengua, quemando los libros sagrados, sepultando bajo las iglesias y catedrales los centros de oración.
El oro del Perú o los diamantes del Congo acabaron en los anillos del conquistador y en las bóvedas de los bancos europeos o norteamericanos.
El nombre científico del germen que los enferma es capitalismo y opresión, y a pesar del paso de los años no hemos sido capaces de encontrar remedio que alivie las diferencias.

jueves, 19 de enero de 2012

VUELOS


VUELOS
Mario A. Alonso

Allí sentado, bañándose los ojos en una mirada que alguna vez fue su espejo, aquel hombre supo que ya no volvería a besarla.
Guardo los deseos y el beso murió mucho antes de nacer.
Imaginó su propia boca reseca de besos y comenzó a morir un poco.
Durante un minuto fugaz tomó entre las suyas las manos frágiles que resbalaron hasta el regazo.

Siguió hundiéndose en la bruna espesura del iris; luego se alejó languideciendo.

Construyó un santuario de remembranzas en homenaje a caricias pasadas y durante un tiempo cultivó las flores del desvarío al borde de un abismo.
Con dificultad trepó a lo más alto de la ermita.
Saltó al vacío
Aprendió a volar.

martes, 17 de enero de 2012

¿Que desierto? ¿Qué próceres?


¿Que desierto?
Mario A. Alonso

"¿Lograremos exterminar los indios? Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa canalla no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso, su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado."  
   Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888)





Allá por el 1845, Domingo Faustino Sarmiento escribía en el libro “Facundo”, el siguiente texto: “¿Qué impresiones puede dejar en el habitante de la República Argentina el simple acto de clavar los ojos en el horizonte, y ver… no ver nada; porque cuanto más se hunde los ojos en aquel horizonte incierto, pavoroso, indefinido, más se aleja, más lo fascina, lo confunde y lo sume en la contemplación y la duda? ¿Dónde termina aquel mundo que quiere en vano penetrar? ¡La soledad, el peligro, el salvaje, la muerte!...”
En la República Argentina, hacia el 1800, antes de los genocidios conocidos como la “Campaña o Conquista del Desierto”, existían en ese horizonte incierto, pavoroso e indefinido los pueblos Pampas, Ranqueles, Tehuelches, Yámanas, Onas, Pehuenches, Mapuches. Cada una de aquellas tribus pobladas por millones de “salvajes” tenían su propio idioma, su religión, su visión particular del cosmos.
Allí se amaba a los ancianos, y la comunidad entera tenía el deber de criar con primorosa ternura a los hijos e hijas, sin importar el parentesco. Existía el amor en su más pura definición. Nahuel amaba a Antü, ambos se amaban y a nadie se le ocurrió pensar si eran hombre o mujer. Aquellos "bárbaros" ya habían definido desde tiempos inmemoriales, que los nombres no tenían el poder de definir el sexo.
En este día miro hacia atrás y me pregunto porque Sarmiento aparece en los retratos sin anteojos, o algún catalejo que le ayudase a ver un poco más lejos de lo que su vista alcanzaría, o si acaso pudo haber sido tan pequeño, que la estatura solo dejaba que mirase por encima de una mata de gramilla.

¿Es acaso éste el hombre ejemplo de enseñanza? ¿El maestro inmortal del aula?

¿Que es un prócer?prócer s. m. Hombre famoso e ilustre que es muy respetado por sus cualidades y disfruta de especial consideración entre los de su clase o profesión. Prohombre.

Definitivamente para mi Sarmiento no es un prócer, pues no lo respeto y mucho menos pertenezco a su clase o profesión de criminales.

jueves, 12 de enero de 2012

OLEO DE LOS AMANTES


OLEO DE LOS AMANTES
Mario A. Alonso
(óleo sobre cartón, 25x35 cm)
http://destellosinspiradores.blogspot.com/2011/05/los-dos-amantes.html 

El fondo quizá una nube recostándose sobre la penumbra de la tempestad.
Una maraña de sábanas revueltas sobre el recuadro marrón de una pared en el cuarto húmedo y desbaratado.
El ardiente fulgor rodea los cuerpos excitados. Piernas y cuerpos envueltos, mezclados en un abrazo, el beso atragantando las almas de pasión.
Los ojos de él están cerrados, imagino entornados también los de ella.
Ciegos, alucinados, hipnotizados, delirando.
¿Importa acaso si es nube de tormenta que se cierne sobre ambos amantes?
O el desorden de las telas, o el fuego y los colores ¿importan?
Nada interesa mas que la pasión, aunque una borrasca los moje o los ahogue un diluvio, o los calcine el fuego.
Ahora no importa nada; ni una lluvia, ni que el cosmos colapse.
Es el momento en que dos caben en uno.
Se pertenecen y el mundo no existe.


SON DESANGRADO
Silvio Rodriguez

Un corazón quiso saltar un pozo
confiado en la proeza de su sangre
y hoy se le escucha delirar de hambre
en el oscuro fondo de su gozo.

El corazón se ahogaba de ternura,
de ganas de vivir multiplicado
y hoy es un corazón tan mutilado
que ha conseguido morir de cordura.

Y es un desangrado son, corazón.

Hablo de un corazón que se defiende
de su vieja y usada maquinaria,
hablo de un parto en una funeraria,
hablo de un corazón que no comprende.

Hablo de un corazón tan estrujado,
tan pequeñín, tan pobre, tan quién sabe
que en su torrente casi todo cabe
sea real o sea imaginado.

Y es un desangrado son, corazón.

Al corazón le faltaba su oreja
y amaba distraído por la calle
estrangulando con pasión un talle
e incapaz de notar alguna queja.

El corazón de torpe primavera
hizo que le injertaran el oído
y tanta maldicion oyó que ha ido
a que le den de nuevo su sordera.

Y es un desangrado son, corazón.

CUANDO EN NOMBRE DEL PROGRESO SE ENTIERRA LA HISTORIA


CUANDO EN NOMBRE DEL PROGRESO SE ENTIERRA LA HISTORIA
MARIO A. ALONSO

Nací en Baigorrita en los sesentas, pero hace muchos años que vivo lejos del pueblo,  tantos años hace que lo extraño cada día un poco más.
De vez en cuando, cuando puedo y algunas veces cuando no puedo, me dejo llegar hasta sus calles y su gente, que siempre serán mis calles y mi gente.
Es entonces que vagabundeo nostálgico por sus rincones y sus esquinas resecas; por esas que alguna vez me dieron asilo, en ocasiones para jugar, en otras para ilustrarme, o para hacer el amor o ejercitar la conciencia de poder apostar al juego de crecer y transitar la vida.
Uno de esos cobijos, donde pasé tantísimas horas era el Correo Argentino.
En aquel lugar me formé de niño sobre el ahorro, más no desde el punto de vista de la especulación financiera o la acumulación de riquezas, sino desde la más profunda mirada solidaria que proponía el peronismo de los setenta.
Entrados aquellos setenta visitaba al Jefe Costa para que pegara las estampillas en mi libreta de ahorros, y aprovechaba de aquel magnífico ser humano asignaturas y anécdotas.
No puedo explicar el motivo, solo brindar someramente las emociones que provocaban en mi cabeza, cada uno de los mobiliarios que equipaban el lugar.
La arquitectura y su estructura edilicia de ladrillos a la vista que llevaban impresos de manera sutil el vínculo con las casas de mediados del siglo XIX de los pueblos de la provincia de Buenos Aires.
Sorteando la inmensa puerta de hierro de la entrada, uno se daba de bruces con un viejo mostrador que recordaba aquellos del ferrocarril, los de las películas del lejano oeste.
A la izquierda un tablero donde escribí mis primeras cartas de amor perfumando sobres, y un poco más allá las puertitas de las casillas postales, también de exquisita confección y noble madera, reservadas generalmente para quienes no vivían en el pueblo, quizá algún chacarero.
Los escritorios, las sillas, los útiles, todo daba cuentas de un ilustre pasado.
Había algo especial en aquel recinto que aún hasta los póstumos días me trasladaba a volar hacia el pasado, y era el aroma de su piso de madera de pinotea, mil veces repasado por un lampazo embebido en kerosene o gasoil. Esa fragancia que también inundaba el espacio en los colegios donde aprendí a ser “un hombre de pueblo”. Ese olor poseía la virtud de acarrear a mi mente las imágenes de mi más tierna infancia que por algún motivo casi habían caído en el olvido.
Así podía verlo al Jefe, a Poroto, a Leonardo Zabala, a la mujer del jefe y mamá de mi amigo Pepe y todo el deambular de la chusma del pueblo.
Hace un tiempo, demasiado para mi gusto, volví a verlo.
Una estructura actual, cuadrada, ordinaria, jactanciosa y vulgar. Un armazón que pretendía ser, por más moderna, más hermosa.
Hace poco volví a ver al correo de mi infancia y ya no era. Así comprendí como en nombre del progreso se mata y entierra la historia de mi pueblo. 



EN LA VISPERA


EN LA VISPERA
Mario Ángel Alonso

Ahí estaba quieto yo, justo detrás de mi cuerpo y un poco más allá la punta de mi nariz.
Andaba en esas cuando advertí mi reclusión.
Inmerso en la negrura de aquellas tablas descubrí que la morada que antes ocupara no era otra cosa que un bulto imperfecto que olía a carne en mal estado.
Unas moscas desovaban  en el hueco de mis orejas arreglando con paciencia los racimos, disponiéndolos delicadamente ocasionalmente aquí o allá.
Después de unos días las moscas murieron y sus larvas la emprendieron con aquel envase maloliente; a devorar mis despojos lentamente. Durante meses se llevaron los pedazos de cuero y carne y órganos.
Una tarde almorzaron mi corazón.
Llegó entonces tu imagen.
Adiviné que ni la muerte se tragará tu presencia.

miércoles, 11 de enero de 2012

TODOS VUELVEN - Ruben Blades y Seis del Solar


TODOS VUELVEN
Ruben Blades y Seis del Solar


Todos vuelven a la tierra en que nacieron; al embrujo
incomparable de su sol. Todos vuelven al rincón de
donde salieron: donde acaso floreció más de un amor.

Bajo el árbol solitario del pasado, cuántas veces nos
ponemos a soñar / todos vuelven, por la ruta del
recuerdo, pero el tiempo del amor no vuelve más.

El aire, que trae en sus manos la flor del pasado,
y su aroma de ayer, nos dice muy quedo al oído
su canto aprendido del atardecer; nos dice, con voz
misteriosa de cardo y de rosa, de luna y de miel,
que es santo el amor de la tierra, que es triste la
ausencia que deja el ayer.

lunes, 9 de enero de 2012

DE DIOSES, ESCLAVAS, BATEAS Y LAVARROPAS


DE DIOSES, ESCLAVAS, BATEAS Y LAVARROPAS
Mario A. Alonso
"En Cuba, los mayorales descargaban sus látigos de cuero o cáñamo sobre las espaldas de las esclavas embarazadas que habían incurrido en falta pero no sin antes acostarlas boca abajo en un hoyo, para no estropear la "pieza" nueva en gestación"
EDUARDO GALEANO - LAS VENAS ABIERTAS DE AMERICA LATINA

¿Sabe acaso el lavarropas que antes de sus correas y programas inteligentes existió una batea de cemento?
¿Y el cemento de aquellas bateas conoció la historia de las esclavas que cantando penas y a golpes blanqueban las ropas de sus amos a orillas de los arroyos?
¿Habrá sido un libertador revolucionario el que inventó la lavadora?
¿O habrá sido algún Dios osado quién influyó en sus saberes para aliviar tanta tristeza y explotación?
Y en el Chocó colombiano donde la ropa sigue apaleada contra las rocas por niñas embarazadas ¿existe Dios?
...y a vos ¿te importa?