martes, 17 de enero de 2012

¿Que desierto? ¿Qué próceres?


¿Que desierto?
Mario A. Alonso

"¿Lograremos exterminar los indios? Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa canalla no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso, su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado."  
   Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888)





Allá por el 1845, Domingo Faustino Sarmiento escribía en el libro “Facundo”, el siguiente texto: “¿Qué impresiones puede dejar en el habitante de la República Argentina el simple acto de clavar los ojos en el horizonte, y ver… no ver nada; porque cuanto más se hunde los ojos en aquel horizonte incierto, pavoroso, indefinido, más se aleja, más lo fascina, lo confunde y lo sume en la contemplación y la duda? ¿Dónde termina aquel mundo que quiere en vano penetrar? ¡La soledad, el peligro, el salvaje, la muerte!...”
En la República Argentina, hacia el 1800, antes de los genocidios conocidos como la “Campaña o Conquista del Desierto”, existían en ese horizonte incierto, pavoroso e indefinido los pueblos Pampas, Ranqueles, Tehuelches, Yámanas, Onas, Pehuenches, Mapuches. Cada una de aquellas tribus pobladas por millones de “salvajes” tenían su propio idioma, su religión, su visión particular del cosmos.
Allí se amaba a los ancianos, y la comunidad entera tenía el deber de criar con primorosa ternura a los hijos e hijas, sin importar el parentesco. Existía el amor en su más pura definición. Nahuel amaba a Antü, ambos se amaban y a nadie se le ocurrió pensar si eran hombre o mujer. Aquellos "bárbaros" ya habían definido desde tiempos inmemoriales, que los nombres no tenían el poder de definir el sexo.
En este día miro hacia atrás y me pregunto porque Sarmiento aparece en los retratos sin anteojos, o algún catalejo que le ayudase a ver un poco más lejos de lo que su vista alcanzaría, o si acaso pudo haber sido tan pequeño, que la estatura solo dejaba que mirase por encima de una mata de gramilla.

¿Es acaso éste el hombre ejemplo de enseñanza? ¿El maestro inmortal del aula?

¿Que es un prócer?prócer s. m. Hombre famoso e ilustre que es muy respetado por sus cualidades y disfruta de especial consideración entre los de su clase o profesión. Prohombre.

Definitivamente para mi Sarmiento no es un prócer, pues no lo respeto y mucho menos pertenezco a su clase o profesión de criminales.