jueves, 23 de febrero de 2012

Cotidiano de pobreza


Cotidiano de pobreza
Mario A. Alonso


Despertar
bajar de la cama y pisar el barro,
o la tierra húmeda.
Caminar descalzo,
alcanzar el baño,
o mejor la letrina.
Cagar y mear, igual que vos,
igual que ustedes.
Lavarse los dientes con los dedos,
y un poco de jabón.
Buscar la pilcha menos mala,
la con menos harapos,
y prepararse a salir al centro,
a limpiar parabrisas,
a practicar malabares tan difíciles,
o a robar,
o robarte.
Vos me hiciste así,
ahora no te asustes,
ni pidas castigos.
Estoy acá,
¿no me ves?
éste soy yo,
el mismo que abandonaste hace años.
Nací de una concha,
igual a la de tu vieja.
Tengo las mismas tentaciones,
los mismos anhelos,
los mismo sueños que vos
y que tus hijos e hijas.
Vos me dejaste solo,
me abandonaste,
hacete cargo,
o ponete a pelear para que yo no tenga frío,
ni hambre,
para que no me moje las patas en el barro,
o enferme en la humedad de mi casilla.
Para que no me siga enojando.
…y si no te importa,
entonces jodete por forro.
Te voy a robar todo lo que vos me robaste antes.
Voy a ser una pesadilla en tu vida de burgués.
Voy a saltar la reja y cagarte la pileta.
Y cuando pueda,
cuando sea mas grande,
cuando mi hermano mayor me deje,
voy a ponerte un caño en la cabeza,
y te vas a cagar en los calzones,
porque vos sabes que me estás haciendo mal
para pasarla bien,
y no te importa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario