sábado, 24 de septiembre de 2011

Que levanten las manos

Que levanten las manos
“Moncho” Vázquez
Sería buenísimo que se entreguen.
Los que dieron las órdenes.
Los que mataron, enterraron.
Los que enterraron casi vivos los cuerpos NN.
En el patio patrio del ejercito.
Los que encubrieron, que los hay.
Que levanten las manos.
Que digan algo.
Los que horadaron la tierra,
cavando fosas.
Con las palas ensangrentadas,
escribiendo una página.
Negras manos que renuncian,
que fían y matan.
Mujeres, hombres, chilenos.
Quizá buscaban la libertad.
O porque pensaban distinto.
Nada justifica quitar la vida.
Acaso muestran valentía los que fueron.
¡Que se entreguen!
Las chapas de las palas ya se oxidaron.
La memoria nunca se oxida.
En este corral amarillo,
de vergüenza,
alguien sabe…
hasta las piedras hablan.
¿Queda mal decir que el ejército tenía cementerios privados?
Si no fueron ellos, ¿quiénes entonces?
¡Tantos botones para tan pocos sacos!
Murieron abrazados.
Quizá entre llantos y risas de impotencia..
Los mataron los mismos que nunca fueron enemigos..
Los hermanos sus asesinos.
¡Ojo! y ¡Guarda!,
que los muertos penan.
Si por la noche
salen a mear al jardín,
antes de acostarse;
la jeta de las tinieblaslos puede traicionar,
tocarles el hombro,
girar y ver,
que una pala vuela de revés.



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