domingo, 20 de febrero de 2011

ODA AL AMOR

Cada día, en algún momento pierdo la calma, justo cuando tu imagen regresa a mi cabeza.
Entonces ya no importan los vientos ni el frío, solo el intento por recordar cada detalle de tu cuerpo, de tu cara.
En esa distracción me envuelven las musas y los duendes y hacen de mi alma lo que quieren.
Se pasean... Me pasean a voluntad por las tormentosas praderas de la ilusión, exigen recomponer el cuerpo cansado aquel del que ya no caza.
Casi abandonado comienzo a renovar los trajes de batallas pasadas... 
Olvidado de tácticas me enfrento al desafío a tientas, palpando el futuro, sonriendo.
Desando como en sueños años y peldaños...
Me apresto a navegar tempestades, agitado el corazón rejuvenece el alma.
Entonces sé que estoy vivo, con la fantasía de ver callar mi boca que protesta, dentro de alguno de tus besos.
MARIO A. ALONSO

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