Ni papas, ni puchero, ni zapallos, ni nada.
Agua, sal y huesos secos,
ni fideos, ni arroz.
Nada que deshaga el nudo agarrotado
en medio de aquellas panzas.
Hacen ruido los vientres apretados.
Gritan a todos -¡ey... acá estoy!
...y nadie que escuche el rumor del hambre avejentada.
Ni ayer, ni hoy y tampoco mañana.
Ni papas, ni puchero, ni zapallos, ni nada.
Agua, sal y huesos secos,
ni fideos, ni arroz,
y tampoco mañana.
MARIO A. ALONSO
![]() |
HAMBRE EN ARGENTINA - PUEBLOS ORIGINARIOS |
No hay comentarios:
Publicar un comentario