jueves, 3 de marzo de 2011

IGNORANTE

Felipe nunca conoció la diferencia entre el día y la noche.
No sabía de luces ni oscuridades, en su vida no había claroscuros, para él todo era igual.


Felipe vivió ignorante muchos años, hasta que aquel gusano perforó la cáscara de la nuez en que habitaba.
Un rayo de sol iluminó el recinto hiriendo la pupila virgen.
Todo fue oscuridad desde aquel día.


Aquella larva se alimentó un tiempo de la nuez y del pobre inculto, que como no sabía nada, nada sentía.
Después mutó el gusano su cuerpo y voló convertido en mariposa.


En la intimidad de la mariposa Felipe también vuela y piensa.
     - Puedes vivir ignorante, pueden comerte los gusanos; quizá nunca distingas la luz de la oscuridad, de todas maneras, siempre habrá un tiempo para volar.


MARIO A. ALONSO

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