A veces el
cuerpo llora,
se derrama
imperceptible
aqueja el
alma sensible
reconociendo
el sufrir
siempre es
bueno transcurrir
enfrentando
los dolores
alejando
los temores
los propios
y los ajenos
sanando
sin ser tan bueno
el cuerpo
que se ha golpeado
que es solo
un traje nomás
con que
transito la paz
de este
instante reducido
para volver
a la tierra
al lugar de
donde vengo
a
convertirme en eterno
en yuyo o
en árbol nuevo
quisiera
reverdecer
alimentar a
otro ser
he de
volver a ese sitio
despojado
de envoltorios
no creo en
los velatorios
donde
lloran los caretas
tampoco en
esas carretas
que
arrastran al camposanto
quiero ser
libre hasta cuando
no quede
ningún un suspiro
no quiero
flores cortadas
ni cajones
ni reuniones
llévenme a
los cañadones
de la
cordillera inmensa
y entierren
ahí mi osamenta
para volver
a nacer
enredado en
una mata
que luego
he de florecer.
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