Nada era la nada
ni yo existía
y en un acuerdo tácito, omiso y silencioso, fui.
cuerpos que se amaron
besos, jadeos, entrega
células divididas,
por dos, por cuatro, por seis.
Fui entonces carne, venas y huesos.
Memoria dentro de tu vientre,
por dos, por cuatro, por seis.
Fui entonces carne, venas y huesos.
Memoria dentro de tu vientre,
hasta morirnos casi juntos.
Ahora somos más, y tantas veces menos…
Necesito de tu calor,
el de tu vientre tu vientre tu vientre
seguir sumando anillos
al tronco de nuestros tallos
yo espero, te veo venir por ahí,
y tanto que necesito seguir amándote.
bello
ResponderEliminarHERMOSO MARIO,ME SUPER EMOCIONÓ. CARIÑOS Y FUERZA. MÓNICA
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