miércoles, 2 de marzo de 2011

EN OTRO SUEÑO


Leyó sus ojos y comprendió. La distancia era orgánica, material. Podía olerla, palparla, hacerla suya. Podía penetrar con sus dedos en la corteza dura. No quiso. No quiso deshacer esa rocosidad hecha de alaridos mudos. De manos sueltas. De pieles desteñidas. Y como si no le importara, como si el dolor se hubiera perdido en esa distancia, aspiró su perfume a nunca más y se subió a otro sueño.

Cristina Conti

No hay comentarios:

Publicar un comentario