LOS SUICIDAS DEL OTOÑO
Mario A.
Alonso
Del oeste sopla el viento
impertinente,
del Pacífico mar acarrea el
sino
para algunos soledad inoportuna
para otros penumbra final sin
correcciones.
Al amparo de una luna mediana
cuelga la soga amenazante
y traspasa la talla del cuello
virgo
para abatirse junto al resto en
la alborada
Nadie sabrá que te llevó a
colgar de esa maroma
que concluyó irreversible insensatez
nunca alcanzarán a comprender
las ternuras que aspiraste destrozar.
No hay luz que pueda adivinar
ni mensajeros que alcancen datos
nuevos
sacrificado vanidoso ya no
sabrás
quién te extrañó.
Evocando como pensabas
no era la luz, ni la mirada,
nadie comprendió… todo ese
lance,
ninguno que perciba esa
jugada.
ya no estas para apreciar
aquellos que probaste doblegar
ya no estas… y ya no estas…
para juzgar aquellos que
quisiste escarmentar.
Cuando el otoño llega
soplan vientos del oeste
ten presente la lección
algo brota, algo nace y algo
muere.
En esa selección
que no seas tu
quien partirá
pues no hay razón para pensar…
que alguien sabrá…
ahhh que alguien sabrá
… que no seas tú…
quien partirá.
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