ESPERE
Mario A. Alonso
Permanecí
esta noche en vigilia acechando tu llegada.
Con la
marcha incontenible de las horas fui a buscarte, en alguna foto vieja, en un
verso, asomado en unas sombras que a veces, vistas de costado suelen asustarme.
Me acompañó
el vino que es un buen compañero por las noches y un déspota injusto por las
mañanas.
Me quedé
porque puedo seguir soñando que quizá, en algún lapso de sinrazón, el timbre
virtual de mi llamado tintineara en tu oído, y atendieses mi llamado.
Nada de eso
paso, al menos hasta ahora en que la madrugada le ha ganado a la noche y el
sueño hace rato inició el combate con mis ganas de escribir.
Empezó a ganarme
el desconsuelo, hasta que advertí que habías aquí estado, en una foto vieja, en
muchos versos y asomado a las sombras que no pudieron asustarme, entonces
emprendí el camino hacia el mañana.
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